Empezaremos diciendo que la película de Michelangelo Antonioni, “Zabriskie Point” nos transporta a la época de la sicodelia, de la contracultura norteamericana, de la música, la rebeldía, el inconformismo donde los jóvenes protestaban contra lo establecido, y donde se preguntaban si buscar otro camino o simplemente seguirle el juego a las masas.
Es la edad de la protesta, jóvenes universitarios y actores sociales que no entendían el porqué de la guerra. La película es un punto de vista en la cual se refleja la libertad, la música, la psicodelia y la locura. El film es un análisis de una juventud atascada entre los movimientos hippies y el compromiso social.
Siguiendo de cerca al cineasta, nos encontramos con un amante de la fotografía que recorrió Estados Unidos fotografiando paisajes entre los aires de la música de Pink Floyd y su propuesta musical.
Seguramente, Michelangelo Antonioni antes de rodar el film, imagino toda esa melodía cargada de sicodélica de la banda Pink Floyd, recreada en imágenes. Música que trasporta de tiempo y espacio. Sonidos que trasportan a lugares y espacios diferentes. Cuando se intenta imaginar el lugar perfecto para quitarse el disfraz y ser libre de manera autónoma siguiendo cada nota musical y encajándolo en cada acto de rebeldía.
Si es así, al tener el guion de la película en sus manos, seguramente no dudo ni un instante para trabajar conjuntamente con la banda que en ese entonces recreaba y trasportaba a todos esos jóvenes rebeldes de la contracultura a la sicodelia. Pink Flyod era la banda perfecta para orquestar las imágenes de Antonioni.
Se entiende por sicodelia al acto de buscar nuevas formas de alterar tiempo y espacio dentro del universo. De buscar en el interior de cada uno, la verdadera esencia del alma. No es un movimiento social, ni político ni religioso. Más bien una forma de buscar en el interior, la satisfacción de bienestar y la posibilidad de viajar y mezclar texturas musicales con texturas gráficas. La sinestesia entendida como la forma de combinar los sentidos y llegar a ver los sonidos, o incluso llegar a escuchar imágenes.
Si la música de Pink Floyd nos trasporta de tiempo y espacio, el director de la película recrea una historia basada en la liberación de que no hay tiempo ni tampoco espacio. Solo somos figuras que viajan a través de paisajes naturales llenos de encantos misterios.
La banda sonora “Zabriskie Point”, tiene el gratificante trabajo de componer una música que va acorde con el ritmo de la película. A veces muy lenta, de difícil entendimiento, pero en momentos muy intensivos y rápidos donde los sonidos se mezclan creando texturas místicas y misteriosas.
Comparándolo con el film, la libertad expuesta por sus personajes y de su rara forma de hacer escenas fuera de un contexto “lógico”, logra una combinación de imágenes -música que dialogan muy bien entre sí. El cineasta logro combinar la experiencia grafica de la libertad y la locura con una música cargada de sonidos lúgubres y misteriosos que dan forma a un gran film de propuesta joven y realista.
Fuente: http://grou.ps/esteticadelcine/blogs/item/zabriskie-point%E2%80%9D-y-pink-floyd
Es la edad de la protesta, jóvenes universitarios y actores sociales que no entendían el porqué de la guerra. La película es un punto de vista en la cual se refleja la libertad, la música, la psicodelia y la locura. El film es un análisis de una juventud atascada entre los movimientos hippies y el compromiso social.
Siguiendo de cerca al cineasta, nos encontramos con un amante de la fotografía que recorrió Estados Unidos fotografiando paisajes entre los aires de la música de Pink Floyd y su propuesta musical.
Seguramente, Michelangelo Antonioni antes de rodar el film, imagino toda esa melodía cargada de sicodélica de la banda Pink Floyd, recreada en imágenes. Música que trasporta de tiempo y espacio. Sonidos que trasportan a lugares y espacios diferentes. Cuando se intenta imaginar el lugar perfecto para quitarse el disfraz y ser libre de manera autónoma siguiendo cada nota musical y encajándolo en cada acto de rebeldía.
Si es así, al tener el guion de la película en sus manos, seguramente no dudo ni un instante para trabajar conjuntamente con la banda que en ese entonces recreaba y trasportaba a todos esos jóvenes rebeldes de la contracultura a la sicodelia. Pink Flyod era la banda perfecta para orquestar las imágenes de Antonioni.
Se entiende por sicodelia al acto de buscar nuevas formas de alterar tiempo y espacio dentro del universo. De buscar en el interior de cada uno, la verdadera esencia del alma. No es un movimiento social, ni político ni religioso. Más bien una forma de buscar en el interior, la satisfacción de bienestar y la posibilidad de viajar y mezclar texturas musicales con texturas gráficas. La sinestesia entendida como la forma de combinar los sentidos y llegar a ver los sonidos, o incluso llegar a escuchar imágenes.
Si la música de Pink Floyd nos trasporta de tiempo y espacio, el director de la película recrea una historia basada en la liberación de que no hay tiempo ni tampoco espacio. Solo somos figuras que viajan a través de paisajes naturales llenos de encantos misterios.
La banda sonora “Zabriskie Point”, tiene el gratificante trabajo de componer una música que va acorde con el ritmo de la película. A veces muy lenta, de difícil entendimiento, pero en momentos muy intensivos y rápidos donde los sonidos se mezclan creando texturas místicas y misteriosas.
Comparándolo con el film, la libertad expuesta por sus personajes y de su rara forma de hacer escenas fuera de un contexto “lógico”, logra una combinación de imágenes -música que dialogan muy bien entre sí. El cineasta logro combinar la experiencia grafica de la libertad y la locura con una música cargada de sonidos lúgubres y misteriosos que dan forma a un gran film de propuesta joven y realista.
Fuente: http://grou.ps/esteticadelcine/blogs/item/zabriskie-point%E2%80%9D-y-pink-floyd
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