La palabra indie es espectacularmente variable. Puede definir muchísimas cosas, desde la música de una banda hasta la manera de vestir de una persona. Indie es aplicable a una cantidad casi infinita de cosas: lugares, prendas, discos, películas… La lista es casi interminable. ¿De dónde viene el término? ¿Qué significa?
El término indie proviene del inglés independent ‘independiente’ en español y se refiere en general a cualquiera de los géneros, panoramas, subculturas y atributos estilísticos y culturales con un acercamiento autónomo y un nivel de planteamiento que se reduce al lema "hazlo tú mismo".
Durante los años 20, las grandes compañías estadounidenses (también conocidas como multis o majors), tales como Columbia Records o Virgin Records, fueron desafiadas por pequeñas discográficas llamadas independientes.
Estas estaban especializadas en el mercado de música de raza negra, que es como se clasificaba entonces a los compradores de música blues y jazz, pero la crisis de finales de los años 20 minó a esas compañías, que acabaron en bancarrota o, en el mejor de los casos, absorbidas por una mayor.
El término independiente resurge en los años 50 en Estados Unidos cuando el mercado discográfico lo conformaban canciones y sus intérpretes. Las grandes corporaciones discográficas pagaban a compositores para que compusieran canciones y buscaban a intérpretes para que las presentaran.
Todas ellas tenían un sistema de distribución propio que aseguraba que todas sus canciones y discos llegaran a todos los puntos del país. Sin este sistema de distribución era muy difícil hacer que un disco pudiese disfrutar de un mínimo éxito, y cualquier discográfica pequeña evidentemente no lo tenía.
Por esta época, y desde 1912, existía la American Society of Composers, Authors and Publishers (Ascap) mediante la cual los compositores y editores protegían sus intereses y que además concedía los derechos de interpretación a los medios de difusión, principalmente los radiofónicos.
Esta asociación no consideraba de buen gusto que la música negra se pudiera escuchar por la radio, así que censuraba sistemáticamente cualquier canción de blues o jazz que le pudiera llegar a través de un sello independiente. Así que, además de no poder encontrarla en las tiendas, la música diferente tampoco se podía escuchar por las radios locales de frecuencia concesionada.
Es así como surgen las radios piratas, que emitían desde vetustos cobertizos o desde embarcaciones alejadas a varios kilómetros de las costas (aprovechamos aquí para recomendar la película The Boat that Rocked, escrita y dirigida por Richard Curtis, justamente sobre una estación pirata de rock).
En 1941 una asociación de radios y dj puso en marcha una asociación rival a la Ascap que se llamó Broadcast Music Incorporated (BMI), que representaba a muchos compositores y editores que hasta entonces habían sido ignorados (de hillbilly, country, blues, jazz y extranjeros).
La Ascap hizo todo lo que pudo para que las radios locales no programasen canciones de la BMI. Muchas canciones fueron censuradas como Such a Night de Johnnie Ray (por supuesta incidencia sexual), pero el virus estaba ya inoculado en la sociedad.
La BMI sobrevivió e incrementaron sus ingresos y popularidad rápidamente cuando un nuevo sonido llamado rock'n'roll nació de manos de artistas negros como Little Richard o Chuck Berry.
Podemos ver, entonces, que la primera música independiente fue el rock mismo. Hasta aquí todo bien. Lo complicado surge en describir la palabra indie en pleno siglo XXI. El término indie se suele usar incorrectamente para referirse a un sonido nuevo presentado por un músico.
Originalmente está ligado a las condiciones de producción y circulación de su obra, refiriéndose a aquellos músicos que producen su obra de manera independiente (palabra de donde deriva el término) y no a un género musical.
Es decir, no hay un género musical que pueda identificarse directamente como indie. La palabra se refiere a la manera independiente en que se grabaron las canciones.
Surge el éxito, entonces, de bandas que salieron desde abajo, sin necesidad de una gran compañía para producir un single o un disco. Uno de los mejores ejemplos es Nirvana, la legendaria banda estadounidense de grunge surgida en 1988. Su primer disco, Bleach, fue producido por una discográfica de bajo presupuesto llamada Sub Pop.
La complicación aparece cuando una banda viene de un entorno indie y termina siendo mainstream (cultura popular). Por poner un ejemplo, la banda estadounidense The Killers. Su primer disco, Hot Fuss, fue lanzado por una compañía independiente, Lizard King.
En este disco se encuentra uno de los himnos de la música indie de todos los tiempos, el famosísimo single Mr. Brightside. La banda fue un éxito total de ventas, y sus siguientes discos fueron lanzados con productoras más y más poderosas, llegando hasta su más reciente álbum.
Day and Age, lanzado por Universal Records en 2008. Por lo tanto, con la definición en mano no puede juzgarse ya a The Killers como una banda indie, y algo que muchos fans reclaman, aparte de “venderse” a las grandes compañías, es la producción de canciones con un sentido más pop comercial que auténtico.
Cómo vemos, es muy fácil pasar de ser indie a ser un vendido, un hijo más de la comercialización y el mercado. Los extremos de este tipo de pensamiento ha derivado en movimientos de tribus urbanas, especialmente con la creación de una: el hipster.
El hipster (o la hipster, por supuesto) es un fiel seguidor de la cultura indie, que la traspasa de la música a todos los sentidos de su vida. El término se ha acuñado en esta década para describir a adultos jóvenes bien educados y urbanos de clase media y alta con puntos de vista izquierdistas y sociales e intereses no predominantes en moda y estética cultural.
En vida cultural, la escena del hipster se asocia a menudo con música alternativa, cine independiente y otros productos no representativos de la mayoría social. Es tan radical la postura del hipster que inclusive son ya objeto de mofa y burla en todos los puntos del planeta.
Sin embargo no hay que tirarse a los extremos para poder apreciar la cultura indie. No vamos a negar que muchísimos de los artistas mundialmente famosos hoy (no vamos a dar nombres) no aportan en realidad nada nuevo a la escena musical.
A veces, sí, es reconfortante escuchar bandas quizás un poco más oscuras, pero con un sonido auténtico y que más que vender buscan crear. Al fin de cuentas eso es el movimiento indie, el hacer uno mismo lo que le gusta no por sacar provecho, sino por el gusto de hacerlo.-
Por: Teo Rodríguez
Fuente: http://www.deguate.com/artman/publish/cultura-actualidad-guatemala/indie-un-termino-que-describe-todo-un-movimiento-cultural.shtml
El término indie proviene del inglés independent ‘independiente’ en español y se refiere en general a cualquiera de los géneros, panoramas, subculturas y atributos estilísticos y culturales con un acercamiento autónomo y un nivel de planteamiento que se reduce al lema "hazlo tú mismo".
Durante los años 20, las grandes compañías estadounidenses (también conocidas como multis o majors), tales como Columbia Records o Virgin Records, fueron desafiadas por pequeñas discográficas llamadas independientes.
Estas estaban especializadas en el mercado de música de raza negra, que es como se clasificaba entonces a los compradores de música blues y jazz, pero la crisis de finales de los años 20 minó a esas compañías, que acabaron en bancarrota o, en el mejor de los casos, absorbidas por una mayor.
El término independiente resurge en los años 50 en Estados Unidos cuando el mercado discográfico lo conformaban canciones y sus intérpretes. Las grandes corporaciones discográficas pagaban a compositores para que compusieran canciones y buscaban a intérpretes para que las presentaran.
Todas ellas tenían un sistema de distribución propio que aseguraba que todas sus canciones y discos llegaran a todos los puntos del país. Sin este sistema de distribución era muy difícil hacer que un disco pudiese disfrutar de un mínimo éxito, y cualquier discográfica pequeña evidentemente no lo tenía.
Por esta época, y desde 1912, existía la American Society of Composers, Authors and Publishers (Ascap) mediante la cual los compositores y editores protegían sus intereses y que además concedía los derechos de interpretación a los medios de difusión, principalmente los radiofónicos.
Esta asociación no consideraba de buen gusto que la música negra se pudiera escuchar por la radio, así que censuraba sistemáticamente cualquier canción de blues o jazz que le pudiera llegar a través de un sello independiente. Así que, además de no poder encontrarla en las tiendas, la música diferente tampoco se podía escuchar por las radios locales de frecuencia concesionada.
Es así como surgen las radios piratas, que emitían desde vetustos cobertizos o desde embarcaciones alejadas a varios kilómetros de las costas (aprovechamos aquí para recomendar la película The Boat that Rocked, escrita y dirigida por Richard Curtis, justamente sobre una estación pirata de rock).
En 1941 una asociación de radios y dj puso en marcha una asociación rival a la Ascap que se llamó Broadcast Music Incorporated (BMI), que representaba a muchos compositores y editores que hasta entonces habían sido ignorados (de hillbilly, country, blues, jazz y extranjeros).
La Ascap hizo todo lo que pudo para que las radios locales no programasen canciones de la BMI. Muchas canciones fueron censuradas como Such a Night de Johnnie Ray (por supuesta incidencia sexual), pero el virus estaba ya inoculado en la sociedad.
La BMI sobrevivió e incrementaron sus ingresos y popularidad rápidamente cuando un nuevo sonido llamado rock'n'roll nació de manos de artistas negros como Little Richard o Chuck Berry.
Podemos ver, entonces, que la primera música independiente fue el rock mismo. Hasta aquí todo bien. Lo complicado surge en describir la palabra indie en pleno siglo XXI. El término indie se suele usar incorrectamente para referirse a un sonido nuevo presentado por un músico.
Originalmente está ligado a las condiciones de producción y circulación de su obra, refiriéndose a aquellos músicos que producen su obra de manera independiente (palabra de donde deriva el término) y no a un género musical.
Es decir, no hay un género musical que pueda identificarse directamente como indie. La palabra se refiere a la manera independiente en que se grabaron las canciones.
Surge el éxito, entonces, de bandas que salieron desde abajo, sin necesidad de una gran compañía para producir un single o un disco. Uno de los mejores ejemplos es Nirvana, la legendaria banda estadounidense de grunge surgida en 1988. Su primer disco, Bleach, fue producido por una discográfica de bajo presupuesto llamada Sub Pop.
La complicación aparece cuando una banda viene de un entorno indie y termina siendo mainstream (cultura popular). Por poner un ejemplo, la banda estadounidense The Killers. Su primer disco, Hot Fuss, fue lanzado por una compañía independiente, Lizard King.
En este disco se encuentra uno de los himnos de la música indie de todos los tiempos, el famosísimo single Mr. Brightside. La banda fue un éxito total de ventas, y sus siguientes discos fueron lanzados con productoras más y más poderosas, llegando hasta su más reciente álbum.
Day and Age, lanzado por Universal Records en 2008. Por lo tanto, con la definición en mano no puede juzgarse ya a The Killers como una banda indie, y algo que muchos fans reclaman, aparte de “venderse” a las grandes compañías, es la producción de canciones con un sentido más pop comercial que auténtico.
Cómo vemos, es muy fácil pasar de ser indie a ser un vendido, un hijo más de la comercialización y el mercado. Los extremos de este tipo de pensamiento ha derivado en movimientos de tribus urbanas, especialmente con la creación de una: el hipster.
El hipster (o la hipster, por supuesto) es un fiel seguidor de la cultura indie, que la traspasa de la música a todos los sentidos de su vida. El término se ha acuñado en esta década para describir a adultos jóvenes bien educados y urbanos de clase media y alta con puntos de vista izquierdistas y sociales e intereses no predominantes en moda y estética cultural.
En vida cultural, la escena del hipster se asocia a menudo con música alternativa, cine independiente y otros productos no representativos de la mayoría social. Es tan radical la postura del hipster que inclusive son ya objeto de mofa y burla en todos los puntos del planeta.
Sin embargo no hay que tirarse a los extremos para poder apreciar la cultura indie. No vamos a negar que muchísimos de los artistas mundialmente famosos hoy (no vamos a dar nombres) no aportan en realidad nada nuevo a la escena musical.
A veces, sí, es reconfortante escuchar bandas quizás un poco más oscuras, pero con un sonido auténtico y que más que vender buscan crear. Al fin de cuentas eso es el movimiento indie, el hacer uno mismo lo que le gusta no por sacar provecho, sino por el gusto de hacerlo.-
Por: Teo Rodríguez
Fuente: http://www.deguate.com/artman/publish/cultura-actualidad-guatemala/indie-un-termino-que-describe-todo-un-movimiento-cultural.shtml
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