Enmienda Platt. Apéndice al proyecto de Ley de los Presupuestos del Ejército aprobado por el Congreso de Estados Unidos, e impuesto como parte del texto de la primera Constitución de la República de Cuba, elaborada por la Asamblea Constituyente de 1901.
El Senado estadounidense aprobó la ley que contenía la enmienda presentada por el senador Orville Platt –de quien tomó nombre- el 27 de febrero de 1901; la Cámara, el 2 de marzo, y el presidente William McKinley le dio su sanción al día siguiente.
Los principios fundamentales de la enmienda se recogían en carta de Elihu Root, secretario de la Guerra de Estados Unidos, al gobernador de Cuba, general Leonard Wood, quien a su vez los dio a conocer a la Comisión de Relaciones de la Asamblea Constituyente, encargada de elaborar el proyecto de relaciones entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos. Wood hizo su anuncio en el marco de una cacería en la Ciénaga de Zapata, a la que invitó a los miembros de la Comisión.
En la carta allí presentada por Wood se determinaba que el gobierno de la República de Cuba no realizaría ningún tratado o convenio con potencias extranjeras que comprometiera o limitara la independencia de la Isla. Asimismo, se expresaba que el suelo cubano no serviría de base para operaciones de guerra contra Estados Unidos, y que deberían regularse las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Cuba por medio de un tratado de reciprocidad.
En su artículo tercero, se establecía el derecho de intervención de Estados Unidos, en el caso de que peligraran la vida y las propiedades de sus ciudadanos en la Isla.
Al ser informados los delegados a la Asamblea Constituyente de las propuestas de Root se originó un amplio debate, al término del cual la Comisión de Relaciones redactó un texto que sería presentado al resto de los asambleístas.
Una parte de los delegados cubanos estimó que no tenía atribuciones para deliberar acerca del contenido de la enmienda. Otra, encabezada por Eliseo Giberga, consideró que sí poseía competencia para hacerlo. Algunos asambleístas sugirieron que se creara una nueva comisión con el encargo de elaborar una respuesta al gobierno estadounidense, en que se solicitaran aclaraciones sobre algunos puntos de la Enmienda Platt.Manuel Sanguily Garrite, junto con un reducido grupo de delegados, propuso la disolución de la asamblea con el fin de establecer otra convención de mayor autoridad, lo que la mayoría rechazó.
El 15 de marzo de 1901 Salvador Cisneros Betancourt presentó su voto particular, en el cual dejaba constancia de su radical oposición con respecto a la ley aprobada en Estados Unidos.
Otro de los más severos críticos de la enmienda fue Juan Gualberto Gómez, quien el 1o de abril siguiente sometió a discusión una memoria en la cual impugnaba la enmienda, por estimar que contravenía los acuerdos del Tratado de París y la Resolución Conjunta, y que contenía cláusulas que atentaban contra el principio de independencia y soberanía de Cuba; en particular, el tercero de los artículos, que establecía el derecho de intervención.
El 11 de abril, un grupo de delegados propuso que antes de que fuera aprobada la comisión que debía dirigirse a Estados Unidos para debatir cuestiones relacionadas con la Enmienda Platt, se declarara definitivamente que el criterio de la asamblea era contrario a ésta. La proposición fue aprobada por mayoría de votos.
La comisión, presidida por Domingo Méndez Capote , llegó a Estados Unidos el 24 de abril, y al día siguiente fue recibida por Elihu Root y Leonard Wood, quienes insistieron en que ninguna de las cláusulas lesionaba la soberanía de Cuba, y en que el presidente McKinley aprobaría un convenio comercial favorable a las producciones cubanas.
Al regreso de los comisionados, y tras conocerse en la Isla su informe, un grupo de asambleístas mantuvo sus posiciones radicales en contra de la aprobación de la enmienda, por considerarla inconstitucional. El secretario de la Guerra de Estados Unidos, por su parte, rechazó las recomendaciones propuestas por la Comisión de Relaciones de Cuba.
Ante tal disyuntiva, Enrique Villuendas, Gonzalo de Quesada y Diego Tamayo, integrantes de la comisión, presentaron una moción en la cual se recomendaba la aprobación textual de la ley norteamericana. La mayor parte de los delegados estimó que admitir la Enmienda Platt constituía la única forma de instaurar la república y finalizar la evacuación de la Isla por Estados Unidos.
La última votación sobre la Enmienda Platt se efectuó el 12 de junio de 1901, y el apéndice constitucional fue aprobado por 16 votos contra 11.
La Enmienda se mantuvo vigente hasta 1934. El 29 de mayo de ese año se firmó un nuevo tratado de relaciones cubano-estadounidense, en el marco de la política de «Buen Vecino» instrumentada por el presidente de Estados Unidos Franklin D. Roosevelt. El nuevo convenio estipulaba entre otras exigencias, al igual que el anterior, la permanencia de la base naval de Guantánamo, pero derogaba el artículo tres de la Enmienda, que establecía el derecho de intervención en la Isla.
Fuente: http://www.encaribe.org/index.php?option=com_content&view=article&id=460:enmienda-platt&catid=94:politica&Itemid=108
El Senado estadounidense aprobó la ley que contenía la enmienda presentada por el senador Orville Platt –de quien tomó nombre- el 27 de febrero de 1901; la Cámara, el 2 de marzo, y el presidente William McKinley le dio su sanción al día siguiente.
Los principios fundamentales de la enmienda se recogían en carta de Elihu Root, secretario de la Guerra de Estados Unidos, al gobernador de Cuba, general Leonard Wood, quien a su vez los dio a conocer a la Comisión de Relaciones de la Asamblea Constituyente, encargada de elaborar el proyecto de relaciones entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos. Wood hizo su anuncio en el marco de una cacería en la Ciénaga de Zapata, a la que invitó a los miembros de la Comisión.
En la carta allí presentada por Wood se determinaba que el gobierno de la República de Cuba no realizaría ningún tratado o convenio con potencias extranjeras que comprometiera o limitara la independencia de la Isla. Asimismo, se expresaba que el suelo cubano no serviría de base para operaciones de guerra contra Estados Unidos, y que deberían regularse las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Cuba por medio de un tratado de reciprocidad.
En su artículo tercero, se establecía el derecho de intervención de Estados Unidos, en el caso de que peligraran la vida y las propiedades de sus ciudadanos en la Isla.
Al ser informados los delegados a la Asamblea Constituyente de las propuestas de Root se originó un amplio debate, al término del cual la Comisión de Relaciones redactó un texto que sería presentado al resto de los asambleístas.
Una parte de los delegados cubanos estimó que no tenía atribuciones para deliberar acerca del contenido de la enmienda. Otra, encabezada por Eliseo Giberga, consideró que sí poseía competencia para hacerlo. Algunos asambleístas sugirieron que se creara una nueva comisión con el encargo de elaborar una respuesta al gobierno estadounidense, en que se solicitaran aclaraciones sobre algunos puntos de la Enmienda Platt.Manuel Sanguily Garrite, junto con un reducido grupo de delegados, propuso la disolución de la asamblea con el fin de establecer otra convención de mayor autoridad, lo que la mayoría rechazó.
El 15 de marzo de 1901 Salvador Cisneros Betancourt presentó su voto particular, en el cual dejaba constancia de su radical oposición con respecto a la ley aprobada en Estados Unidos.
Otro de los más severos críticos de la enmienda fue Juan Gualberto Gómez, quien el 1o de abril siguiente sometió a discusión una memoria en la cual impugnaba la enmienda, por estimar que contravenía los acuerdos del Tratado de París y la Resolución Conjunta, y que contenía cláusulas que atentaban contra el principio de independencia y soberanía de Cuba; en particular, el tercero de los artículos, que establecía el derecho de intervención.
El 11 de abril, un grupo de delegados propuso que antes de que fuera aprobada la comisión que debía dirigirse a Estados Unidos para debatir cuestiones relacionadas con la Enmienda Platt, se declarara definitivamente que el criterio de la asamblea era contrario a ésta. La proposición fue aprobada por mayoría de votos.
La comisión, presidida por Domingo Méndez Capote , llegó a Estados Unidos el 24 de abril, y al día siguiente fue recibida por Elihu Root y Leonard Wood, quienes insistieron en que ninguna de las cláusulas lesionaba la soberanía de Cuba, y en que el presidente McKinley aprobaría un convenio comercial favorable a las producciones cubanas.
Al regreso de los comisionados, y tras conocerse en la Isla su informe, un grupo de asambleístas mantuvo sus posiciones radicales en contra de la aprobación de la enmienda, por considerarla inconstitucional. El secretario de la Guerra de Estados Unidos, por su parte, rechazó las recomendaciones propuestas por la Comisión de Relaciones de Cuba.
Ante tal disyuntiva, Enrique Villuendas, Gonzalo de Quesada y Diego Tamayo, integrantes de la comisión, presentaron una moción en la cual se recomendaba la aprobación textual de la ley norteamericana. La mayor parte de los delegados estimó que admitir la Enmienda Platt constituía la única forma de instaurar la república y finalizar la evacuación de la Isla por Estados Unidos.
La última votación sobre la Enmienda Platt se efectuó el 12 de junio de 1901, y el apéndice constitucional fue aprobado por 16 votos contra 11.
La Enmienda se mantuvo vigente hasta 1934. El 29 de mayo de ese año se firmó un nuevo tratado de relaciones cubano-estadounidense, en el marco de la política de «Buen Vecino» instrumentada por el presidente de Estados Unidos Franklin D. Roosevelt. El nuevo convenio estipulaba entre otras exigencias, al igual que el anterior, la permanencia de la base naval de Guantánamo, pero derogaba el artículo tres de la Enmienda, que establecía el derecho de intervención en la Isla.
Fuente: http://www.encaribe.org/index.php?option=com_content&view=article&id=460:enmienda-platt&catid=94:politica&Itemid=108
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