Pancho Villa y su invasión a Estados Unidos

El 9 de marzo de 1916 el general campesino Francisco "Pancho" Villa, el Jefe Guerrillero de la Revolución Popular Mexicana, tuvo un atrevimiento que nadie más ha imitado: invadió el territorio de los Estados Unidos de América.
 Fue una batida efectuada con unos cuantos de sus hombres, aquellos legendarios "Centauros del Norte". Pero, a pesar de haber dejado unos diez enemigos muertos, logró regresar a territorio nacional sin sufrir las represalias que el gobierno del otro lado de la frontera intento aplicarle.
 Triple osadía del compañero Pancho Villa: atacar a los yanquis, allanar su territorio y regresar vivito y coleando, para contarlo.

 
Antes del amanecer del jueves 9 de marzo de 1916, el general Francisco Villa cruzó la frontera de Estados Unidos al frente de quinientos hombres a caballo.
 Los revolucionarios atacaron el poblado de Columbus, en Nuevo México, de trescientos cincuenta habitantes y custodiado por tropas del ejército norteamericano.
 Entraron al galope y a los tiros por Broadway, la calle principal de tierra. Una bala detuvo el reloj del campanario a las 4:11 horas de la mañana.
 Después de dos horas de combate huyeron, dejando un saldo de víctimas desfavorable, en que murieron más atacantes (67) que atacados (17).
 La operación era una represalia.
 Poco antes, una pandilla de norteamericanos del lugar había decidido "despiojar" a un grupo de trabajadores mejicanos. Les arrojaron combustible y los quemaron vivos.
 Durante varios días exhibieron los cuerpos calcinados en las calles del pueblo. Existen fotografías de archivo que muestran los cadáveres.
 Hacía más de cien años que una fuerza extranjera no invadía la Unión Americana. De 1777 a 1783 los colonos combatieron a los ocupantes británicos en la guerra de la independencia.
 De 1812 a 1815 ambas fuerzas se enfrentaron nuevamente, esta vez por la frustrada conquista del vecino Canadá.
 El verdadero nombre de Villa era Doroteo Arango.
 Desde joven se le conocía por su destreza con los caballos, las armas y las mujeres. A los 16 años de edad se había convertido en prófugo de la ley por matar a un hombre que abusó de una de sus hermanas.
 El presidente Woodrow Wilson estalló de furia. Si bien la incursión a Columbus no constituyó ningún éxito militar, Pancho Villa se transformará en el enemigo público número uno, el hombre más buscado por las autoridades de Estados Unidos.
 Una semana más tarde, doce mil soldados de infantería, caballería y marines, batallones de artillería y un escuadrón de aeroplanos al mando conjunto del general John Pershing invadieron Méjico.
 Es la primera vez en la historia que se utilizan aeroplanos de combate.
 El operativo se denomina "expedición punitiva". Además, ciento cincuenta mil efectivos -el mayor contingente militar desde la Guerra Civil estadounidense- se despliegan a lo largo de la frontera, desde California hasta Texas.
 El 12 de abril se produce una escaramuza entre los invasores estadounidenses y los guerrilleros mejicanos. Villa, jefe de la famosa División del Norte, huye desplazándose continuamente por Chihuahua, cuyo territorio conoce como la palma de su mano.
 Con una rodilla herida, mal curada e infectada, se refugia en los míseros ranchos de sus simpatizantes. Los campesinos no saben nada, no dicen una palabra, no conocen a nadie. Cuando son atados y golpeados, dan pistas falsas.
 En varias aldeas, el tenaz Pershing descubre infinidad de tumbas -por supuesto, vacías- que dicen: "Aquí yace Pancho Villa".
 Los invasores terminan marchando en ridículos zigzag o en extensos círculos, en un territorio árido en el que no se encuentra agua y saturados de tragar polvo.
 En la última etapa de su huida, custodiado sólo por dos lugartenientes de confianza, "El centauro del norte" viajó en burro a la llamada cueva de Coscomate, donde se ocultó durante dos meses y se repuso de su herida.
 La "expedición punitiva" duró casi un año, se extendió por ochocientos kilómetros cuadrados y fue un fracaso absoluto. La presencia militar extranjera incrementó el odio a los ocupantes y la admiración por Villa.
 Su leyenda en vida fue creciendo: es un justiciero como Robin Hood, un estratega como Napoleón, un mujeriego como Don Juan. Un auténtico macho con sus atributos bien puestos.
 En febrero de 1917, el general Pershing regresó a su país con la cabeza baja. Tras él, una larga columna de soldados desmoralizados: los de caballería hartos de cabalgar; los de infantería agotados de marchar a pie.
 Dos jóvenes tenientes egresados de West Point recibieron su pobre bautismo de fuego contra un enemigo invisible: George Patton y Dwight Eisenhower, quienes ganarían fama en la Segunda Guerra Mundial. Eisenhower llegará a ser presidente de los Estados Unidos.
 La invasión a Méjico fue la última acción de la caballería del ejército estadounidense.
 "Vinieron como águilas y se van como gallinas", dicen que dijo Villa, observándolos desde la cumbre de un cerro.
 El propio Pershing reconoció años más tarde: "Cuando se escriba la verdadera historia de esta expedición, no será un capítulo muy alentador para nuestros estudiantes".
Fuente: http://www.laopinionpopular.com.ar/noticia/11017-pancho-villa-y-el-dia-que-america-latina-invadio-eeuu-.html

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