Una nueva batalla enfrenta a Estados Unidos y Cuba. El protagonista esta vez es el popular ron Havana Club, objeto de un largo litigio por la venta de esa marca en territorio estadounidense. El gobierno de Raúl Castro ha otorgado a este tema el carácter de “asunto oficial”, y se resiste a darlo por perdido.
Una y otra vez, tribunales de EE.UU. fallaron en contra de Cuba en un caso en el que está en juego el derecho de los cubanos a controlar el uso de la famosa marca en Estados Unidos.
Ahora la Corte Suprema estadounidense denegó a la cubana Cubaexport y la francesa Pernod Ricard la renovación del derecho para vender ese ron en EE.UU. Cuba no se quedó en silencio.
Advirtió a Washington que esa actitud “irrespetuosa” pone en riesgo las 6.000 marcas y patentes estadounidenses que se comercializan en la isla.
El litigio de Pernod Ricard y Cubaexport, participantes en sociedad de Havana Club Internacional desde 1993, comenzó en 2006, cuando el Departamento del Tesoro no renovó la licencia comercial a la compañía francesa. El motivo fue una ley de 1998 que prohibió la renovación de ciertas marcas comerciales cubanas asociadas a propiedades nacionalizadas tras la revolución de 1959 y que, según La Habana, fue aprobada por maniobras de “la mafia anticubana de Miami” y de la compañía Bacardí.
La familia Arechabala, que creó ese ron en 1935 y luego vendió los derechos a Bacardí, había exportado la bebida alcohólica a Estados Unidos hasta que en 1960 el gobierno cubano nacionalizó la planta y la marca.
Ayer, la directora jurídica de Havana Club Internacional S.A., Olivia Lagache, afirmó en una videoconferencia celebrada entre La Habana y París que el grupo estudia “posibles acciones”tras el veredicto de la Corte Suprema estadounidense, el mes pasado.
Por su parte, el gobierno cubano acusa a Washington de “robar” la marca y de violar convenios internacionales y normas de la Organización Mundial del Comercio. Sugirió que no se quedará de brazos cruzados. (Junio 2012)
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