La vida buena está inspirada por el amor y guiada por el
conocimiento. El conocimiento y el amor son siempre suceptibles de ampliación;
por lo tanto, por buena que sea una vida, se puede imaginar una vida mejor. Ni
el conocimiento sin amor, ni el amor sin conocimiento pueden producir una buena vida….
El amor es una palabra que comprende una gran variedad de
sentimientos; la he usado, adrede, ya que quiero incluirlos todos. El amor como
emoción, que es de lo que hablo, pues el amor “como principio no me parece
genuino, se mueve entre dos polos: de un lado, el puro de gozo de la contemplación;
del otro lado benevolencia pura….
Cuando hablo del conocimiento como uno de los
ingredientes de la vida buena no pienso en el conocimiento ético, sino en el
conocimiento científico y en el de los hechos particulares…
Para conseguir una vida buena tenemos que desarrollar la
inteligencia, el dominio de nosotros mismos y la compasión.
Fuente: Ensayo “Lo que creo”, inserto en “Por qué no soy
cristiano”, de Bertrand Russell, Editorial edhasa.
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