El café es, después del petróleo, la materia prima de exportación más importante del mundo. Para una gran parte de los 25 millones de agricultores de café, este es un producto que requiere un trabajo muy intenso y una gran atención, sin embargo proporciona muy pocas ganancias.
La producción de café es un sector económico muy importante para muchos países del Sur. La mayoría de familias de agricultores que viven de la producción de café viven en países en vías de desarrollo. Por ejemplo, Brasil, Vietnam, Colombia, Indonesia o México, los países exportadores de café por excelencia.La historia del café se caracteriza por unas fuertes fluctuaciones en el precio del mercado mundial. Las fluctuaciones de precios y el empobrecimiento de los agricultores de café inherente a estas fueron el motivo por el cual, en 1962, los países productores de café se unieron y se aprobó el primer acuerdo internacional del café (International Coffee Agreement). El objetivo de este acuerdo fue evitar la oferta excesiva y las crisis del café que amenazaban con estallar. El 27 de diciembre de 1963 entró en vigor este acuerdo. Este fue firmado por 44 países exportadores y 18 importadores que se pusieron de acuerdo en los precios mínimos y las cuotas de exportación.
Hasta entrados los años ochenta, los reglamentos funcionaban gracias al acuerdo. Sin embargo, después entraron en el mercado nuevos países exportadores, como Vietnam, que pudieron establecer sus precios según el acuerdo. Mientras tanto, EE.UU. también apuesta por la fuerza benigna y autocurativa del libre comercio. En 1989, el gobierno estadounidense hizo que el acuerdo internacional del café fracasara. El precio del café bajó rápidamente por debajo de los 80 céntimos de dólar por medio kilo.
Solo en 1994, los países firmantes volvieron a ponerse de acuerdo sobre un nuevo acuerdo internacional del café. Sin embargo, se decidió que los precios del café ya no debían ser regulados. Los objetivos del acuerdo, comparados con los del anterior, son promover la cooperación internacional, así como conservar la organización internacional del café como foro de debate e institución de investigación.
En el mismo año fue destruida una gran parte de una plantación de café en Brasil, de modo que el precio del mercado mundial del café subió a 2,80 dólares americanos por medio kilo.
Sin embargo el café solo mantuvo este precio alto durante poco tiempo. En octubre de 2001 el precio del café era tan bajo como hacía 30 años, esto tuvo consecuencias desastrosas para los agricultores de café.
De la noche a la mañana se vino abajo todo el mercado de café y tan solo recibían por sus cosechas 45 céntimos de dólar por medio kilo. Miles de agricultores de café perdieron su trabajo desde el Perú hasta hasta las montañas del Kilimanjaro, de pronto sus cafetos ya no tenían ningún valor. La crisis mostraba claramente la vulnerabilidad de los caficultores y las pocas oportunidades que tienen de mantenerse en el mercado internacional.
El motivo de la crisis fue, sobre todo, la sobreproducción de café. En Vietnam y otros países se cultivan grandes cantidades de café Robusta en las plantaciones. El Fondo Monetario Internacional instó al Gobierno de Vietnam a subvencionar el café nacional. Sin embargo, la calidad de este café era pésima. Debido a las grandes cantidades excedentes de café volvieron a descender los precios del mercado mundial.
En 2002 se produjo un 8% más de café del que se consumió. La consecuencia de la crisis del café fue una devastación económica para muchos países productores de café. Más de 100 millones de personas fueron afectadas por la crisis, entre ellas agricultores, comerciantes y vendedores.
Muchas personas de los países que dependen de la exportación de café, como América central, Sudamérica, África y Asia, tuvieron que pasar hambre y, debido a los recortes de los gobiernos, aceptar el impacto en el sistema sanitario y educativo.
Hasta 2009 se estabilizó de nuevo el precio del café. Sin embargo, los agricultores que dependen de la demanda o las influencias del medio ambiente, tuvieron que enfrentarse de nuevo a la fluctuación de los precios. Dado que se tarda cuatro años hasta que la planta del café de sus primeros frutos, a los agricultores les resulta difícil reaccionar de forma rápida a los cambios en el mercado.
El Sello Fairtrade garantiza precios mínimos fijados y relaciones comerciales a largo plazo con condiciones justas permanentes a las cooperativas de pequeños productores en los países productores, como por ejemplo México, Perú, Colombia, Bolivia, Guatemala, Tanzania y Etiopía. Además los estándares dan la posibilidad de prefinanciación y garantizan suplementos para el café con certificación orgánica.
Las cooperativas invierten los ingresos extra obtenidos por el Comercio Justo en proyectos para el aumento de producción y calidad de sus productos y en proyectos comunitarios como la construcción de escuelas o el abastecimiento médico. Los miembros deciden qué medidas en particular se llevarán a cabo.
Fuente: http://www.sellocomerciojusto.org/es/productores/cafe/
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