El 28 de julio de 1830 los revolucionarios liberales franceses derrocaban al rey
Carlos X y provocaban la coronación de Luis Felipe de Orleans, el llamado Rey
Burgués. Este episodio será el protagonista del cuadro más famoso de
Delacroix, la Libertad guiando al pueblo, obra con cierta dosis de alegoría que
recoge un hecho contemporáneo. La
mujer que representa a la Libertad
aparece con el torso desnudo, porta
en su mano derecha la bandera
tricolor y en la izquierda un rifle. Le
acompañan miembros de las
diferentes clases sociales - un obrero
con una espada, un burgués con
sombrero de copa portando una
escopeta, un adolescente con dos
pistolas, etc. - para manifestar que en el proceso revolucionario ha existido
amplia participación. A los pies de la Libertad, un moribundo la mira fijamente
para señalar que ha merecido la pena luchar.
Con esta obra, Delacroix pone de manifiesto su ideología y su
faceta de pintor de su tiempo. La composición se inscribe en una pirámide cuya
base son los cadáveres que han caído en la lucha contra la tiranía, cadáveres
iluminados para acentuar su importancia. La vorágine de la batalla se
manifiesta en la polvareda que difumina los contornos e impide contemplar con
claridad el grupo de figuras que se sitúa tras la Libertad. Los escorzos y el
movimiento de la imagen vuelven a recordar el Barroco, igual que en la
y adquirido por Luis Felipe para el Museo Real.
Fuente: http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/obras/2201.htm
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