El dominio bizantino de las costas del Mar Mediterráneo cambiará de manera radical con la expansión musulmana desde Arabia que consigue reducir de manera considerable la extensión del Imperio.
Al principio de la Edad Media, los árabes tenían un gran poder naval; Sicilia sufrió una primera invasión árabe al mando del califa Uthman u Otmán en 652. Los árabes derrotaron a la armada bizantina en el 655 pero Sicilia siguió bajo el gobierno bizantino hasta que los sarracenos del norte de África, a partir del siglo VIII, iniciaron ataques cada vez más fuertes sobre Sicilia, conquistando y fundando en la isla el Emirato de Sicilia entre los años 827 y 902. Debido a la considerable resistencia de los sicilianos bizantinos les llevó más de cien años a los árabes conquistar completamente la isla. En el año 827, los musulmanes, prepararon una flota de 70 navíos e invaden la isla de Sicilia.
Después de una fuerte campaña militar los árabes conquistan Marsala y el oeste de la isla.
En el 831 Palermo cae en las manos de los árabes, Mesina es tomada en el 845, Enna es tomada recién en el 859, la isla de Malta cae en el 868, en el 878, los árabes toman Siracusa matando a los 5000 habitantes y los que sobrevivieron fueron vendidos como esclavos. En el 902 cae Taormina, lo que supone el dominio casi definitivo árabe. El último pedazo de tierra a que resistió a los musulmanes fue Rometta que capituló solamente en el 963.
Durante el período islámico la región vive una etapa de riqueza cultural y económica. Se desarrollan los intercambios comerciales, las técnicas de cultivo y la irrigación de las tierras (acueductos, acequias); y se traen nuevos cultivos como naranjos, mandarinos, limoneros (varias cosechas al año) y viñas.
Para el año 965 toda la isla estuvo conquistada totalmente. Los árabes mejoraron los sistemas de irrigación. Llevaron a Sicilia diversos productos agrícolas como las naranjas, limones, el alfóncigo cuyo fruto es el pistacho y la caña de azúcar.
En el 831, Palermo se convierte en la capital del emirato árabe con 300.000 habitantes y 300 mezquitas. La ciudad se equipara a ciudades como Córdoba o El Cairo. Palermo en el s. IX era uno de los más importantes centros de cultura y arte del mundo, sobrepasado sólo en grandeza, en el mundo cristiano, por Constantinopla. La fertilidad de la isla era explotada al máximo y el algodón, el naranjo, el limonero, la caña de azúcar, etc. eran por primera vez introducidos en ese tiempo.
Gracias a su superioridad marítima, los sarracenos habían llegado, además de conquistar Sicilia y aislar a Cerdeña, a fundar un emirato en Bari (840-870), a instalarse en las desembocaduras del río Garigliano, en el bajo Lazio y, desde allí, a realizar incursiones contra la misma Roma –con el ataque a las basílicas de San Pedro y de San Pablo extramuros, en 846-, y a instalarse por largo tiempo en Provenza. No obstante, casi contemporáneamente, comienza la reconquista de los países cristianos.
Con el emir Hasan as-Samsam (1040-1053) la isla se había fragmentado en varias pequeñas taifas o feudos cuasi-independientes. En este reinado, las rebeliones continuas por parte de los sicilianos de origen bizantino se sucedieron, especialmente en el este de la isla, con parte de las tierras de Mesina, Taormina y Siracusareocupadas temporalmente por Bizancio en el periodo 1038-1043, antes de ser sofocadas.
Durante el período árabe, Sicilia fue dividida en tres regiones (o valli) administrativas distintas, que perduraron prácticamente hasta el siglo XVIII: Val di Noto (la esquina suroriental de la isla), Val Demone (la esquina nororiental) y Val di Mazara (la mitad occidental de la isla). Los árabes iniciaron las reformas agrarias que proporcionaron a cambio un aumento en la productividad y animó el crecimiento de minifundios, en detrimento de los latifundios dominantes de épocas imperiales anteriores. Los árabes fomentaron sistemas de irrigación mejorados. Ibn Hawqal, un comerciante de Bagdad que visitó Sicilia en 950, realizó una descripción contemporánea de Palermo: un barrio amurallado llamado al-Kasr (alcázar, el palacio) es el centro de Palermo hasta hoy, con la gran mezquita en el sitio de la catedral católica-romana posterior. En el suburbio al Khalisa (Kalsa) se situaba el palacio del emir, baños, una mezquita palaciega, oficinas gubernamentales y una prisión propia. Ibn Hawqal contó hasta 7.000 carniceros que mercadeaban en 150 tiendas.
El dominio islámico de Sicilia terminó en el 1072 con la ocupación normanda, aunque las últimas ciudades árabes en rendirse fueron Siracusa en 1086 y Noto en 1091.
Fuente: http://diarioelsiciliano.com.ar/diario/?p=6567
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