General José Francisco Morazán Quezada

José Francisco Morazán Quezada nació el 3 de octubre de 1792, en Tegucigalpa, Honduras, y fue el Presidente de la República Federal de Centroamérica, siendo el Jefe de Estado de Honduras, Guatemala, El Salvador y Costa Rica. Su nombre está fuertemente relacionado con el ideal unionista centroamericano, por lo que es considerado uno de los personajes más importantes la historia de América Central.
Hijo de Eusebio Morazán y Alemán y de Guadalupe Quezada y Borjas, sus primeros estudios los realizó con el fraile José Antonio Murga, y luego se convirtió en autodidacta lo que, acompañado de su fuerza intelectual y física, ayudaron a forjar una impecable disciplina.
Su primer trabajo lo obtuvo como asistente del Alcalde Narciso Mayol, con quien aprendió varias técnicas importantes sobre la administración de la capital de Honduras.
En el año 1824 fue nombrado "Secretario general del gobierno" del primer Jefe de Estado de Honduras, Dionisio de Herrera. Luego de que los conservadores se hicieran cargo del gobierno de su país, estalló una guerra civil en Centroamérica. En medio de dicho acontecimiento bélico, Morazán fue tomado preso en Ojojona.
Una vez puesto en libertad, comandó al ejército de Honduras con el fin de liberar a su país del dictador Justo Milla, objetivo que consiguió luego de un avasallante triunfo en la "Batalla de La Trinidad". Gracias a esto, fue nombrado líder de los liberales centroamericanos, consiguiendo el puesto de "Presidente de Honduras". Pero el objetivo del militar era algo más que eso, por lo que se lanzó a liberar a El Salvador, dejando al mando de Honduras a Diego Vigil. Luego de juntar un ejército de 600 hombres, partió hacia el país centroamericano, al cual, luego de ganar la memorable "Batalla de El Gualcho", declaró la libertad de El Salvador.
Gracias a sus reiterados triunfos, cada vez más soldados se alistaban a su ejército, por lo que decidió partir hacia Guatemala, en donde agrupó fuerzas indígenas y criollas, que le permitieron vencer en la "Batalla de Las Charcas" el 15 de marzo de 1829. A pesar de su heroica lucha, las fuerzas guatemaltecas no se rindieron, por lo que el ejército libertador debió partir hacia la capital. Una vez que pisaron el territorio de la Ciudad de Guatemala, fueron sorprendidos por un ataque sorpresa que venció a un pelotón del ejército. Pero no les alcanzó a los conservadores para acabar con las fuerzas de Morazán, que el 13 de abril de ese mismo año, sitió la ciudad y derrocó al gobierno de los conservadores.
Luego de que se realizaron las elecciones constitucionales, Morazán fue nombrado "Presidente de la República Federal de Centroamérica". Una vez que comenzó a ocupar su cargo, propuso una serie de reformas con la intención de acabar con el subdesarrollo de los pueblos de Centroamérica, por lo que estableció el libre comercio, modificó la ley de las exportaciones, fomentó al proteccionismo en la industria textil, llamó a la libertad de culto, impulsó políticas para la educación de todos los ciudadanos e implementó el Código de Livingston, el cual establecía un nuevo sistema penitenciario.
Luego de varios intentos de derrocar al Presidente, los grupos opositores consiguieron llevar la desestabilizad en el país, por lo que Rafael Carrera, líder de los conservadores, consigue derrocar de su cargo al militar hondureño aunque nunca le pudo ganar una batalla. Fue así como Guatemala volvió a ser un país gobernado por los conservadores.
El 11 de julio de 1839, fue declarado "Jefe de Estado de El Salvador", aunque este cargo lo mantendría muy poco tiempo, debido a que la inestabilidad política estaba en toda Centroamérica, por lo que fue obligado a renunciar de su cargo.
En su reclusión, el líder político escribió: "Y para que nada faltase de ignominia y funesto a la revolución que habéis últimamente promovido, apareció en la escena el salvaje Carrera, llevando en su pecho las insignias del fanatismo, en sus labios la destrucción de los principios liberales y en sus manos el puñal que asesinara a todos aquellos que no habían sido abortados, como él, de las cavernas de Mataquescuintla. Este monstruo debió desaparecer con el cólera morbus asiático que lo produjo. Al lado de un fraile y de un clérigo se presentó por la primera vez revolucionando los pueblos contra el Gobierno de Guatemala, como envenenador de los ríos que aquellos conjuraban, para evitar, decían, el contagio de la peste. Y contra este mismo Gobierno, fue el apoyo de los que en su exasperación le dieron parte en la ocupación de la Ciudad de Guatemala. Fue su peor enemigo cuando éstos quisieron poner término a sus demasías y vandalismos, y su más encarnizado perseguidor y asesino cuando el salvaje se uniera con vosotros".
Pero ese no había sido el fin de la carrera de Morazán, debido a que varios opositores del gobierno de Braulio Carrillo en Costa Rica le pidieron ayuda para derrocar al gobernador que se había autoproclamado "Jefe Vitalicio de Costa Rica". Por esta razón, el general partió junto a 500 hombres y logró librar, por segunda vez, a Costa Rica de las manos conservadoras: "Costarricenses: Han llegado a mi destierro vuestras suplicas... Vuestros clamores han herido por largo tiempo mis oídos, y he encontrado al fin los medios de salvaros, aunque sea a costa de mi propia vida".
El general Antonio Pinto Soares y el coronel Florentino Alfaro Zamora iniciaron una campaña para derrocar al líder costarricense, por lo que, luego de capturarlo, se lo llevó al paredón de fusilamiento junto a algunos de sus colegas. El 15 de septiembre de 1842, fue fusilado por el ejército conservador revolucionario. Las últimas palabras de Morazán fueron: "Aun estoy vivo".
Fuente: http://www.biografias.es/famosos/francisco-morazan.html

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