Heinrich Harrer, Dalai Lama y una juventud nazi

Heinrich Harrer, considerado como uno de los grandes alpinistas del siglo XX y cuya experiencia plasmó en el libro 'Siete años en el Tíbet', murió el 7 de enero del 2006a los 94 años en Austria, donde pasó sus últimos años apartado de la vida pública tras descubrirse que había pertenecido a las SS, el cuerpo paramilitar nazi.
Harrer alcanzó renombre por 'Siete años en el Tíbet', publicado originalmente en 1953, y llevado en 1997 a la gran pantalla por el director francés Jean Jacques Annaud, protagonizado por el actor estadounidense Brad Pitt.
Nacido el 6 de julio de 1912 en una escarpada zona de la región sureña de Carintia, desde su infancia mostró un gran amor por el montañismo y estudió deporte y geografía en la ciudad de Graz, convirtiéndose en 1936 en el abanderado del combinado olímpico austríaco en los Juegos Olímpicos de Berlín.
Su éxito como escalador lo llevó con 27 años al equipo austroalemán que pretendía coronar en 1939 el pico Nanga Parbat del Himalaya, y que no fue conquistado hasta mucho después, en 1953.
El estallido de la Segunda Guerra Mundial en 1939 hizo que el equipo fuese arrestado al completo por fuerzas británicas en la India.
Tras cuatro años y medio en un campo de prisioneros, en 1944 consigue escapar junto a su amigo Peter Aufschnaiter, deambulando durante más de 21 meses, aprendiendo tibetano de los lugareños, hasta llegar después de completar 2.000 kilómetros a Lhasa, entonces una ciudad prohibida para los extranjeros.
Los dos jóvenes pasaron cinco años en la capital del Tíbet, donde se ganó la confianza del Dalai Lama, del que fue preceptor, y con la experiencia escribió en 1953 'Siete años en el Tíbet' contando su epopeya, un libro que fue un éxito y que se tradujo a decenas de idiomas.
Los siguientes años Harrer siguió desafiando al destino con exploraciones en el Amazonas, Groenlandia, Alaska, el Congo y Guinea, entre otros muchos lugares.
Harrer también fue autor de 'Mi vida en la corte del Dalai Lama' del que se han vendido 50 millones de ejemplares, y recibió la visita en Austria del Gran Lama en 2002, por su 90 aniversario.
Sus últimos años de vida estuvieron marcados por la información del semanario 'Stern' que afirmaba que Harrer había sido miembro del partido nazi desde 1933, cuando esa formación alcanzó el poder en Alemania.
En un principio Harrer hizo lo posible por negar las acusaciones de haber pertenecido a las temidas SS, pero a medida que éstas venían avaladas por más y más pruebas decidió desaparecer de la vida pública.
Sus defensores argumentaron que el escalador se afilió al partido nazi para poder participar en las expediciones organizadas entonces por los alemanes al Himalaya. Finalmente se vio obligado a reconocer su pertenencia al cuerpo paramilitar nazi, lo que consideró como un error, y aseguró que nunca había desarrollado ninguna actividad dentro de las SS.
Convertido en uno de los grandes portavoces en Austria de la causa tibetana y del budismo, no verá realizarse uno de sus grandes sueños, la edificación de un centro budista europeo en su región natal.

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